Esta imagen busca trasmitir don conceptos separados por una línea muy fina de cruzar, y con
ella pretendo comentar una realidad que me encuentro cada día tanto en mi faceta personal
como laboral, y que quizá muchos de vosotros os encontréis también.
Hablando de protección, me gusta la definición, que entiende esta acción como un derecho de todo menor de sentirse cuidado, amparado, defendido, resguardado; Es un cuidado preventivo, en otras palabras es cubrir y satisfacer sus cuidados y necesidades básicas.
Con estas conductas facilitamos su desarrollo dándole seguridad, generando la autonomía propia de su edad, hacemos que crezca el conocimiento de si mismo y la autoconfianza cuando celebra sus logros, fortalecemos su voluntad cuando le dejamos que consiga lo que se proponga….
¡¡¡¡¡¡Pero… ALERTA!!!!!! Que nos acercamos a una línea muy fácil de cruzar, y es la de convertir estas actitudes mencionadas anteriormente en una supervisión nerviosa , un freno constante, como diríamos en esta tierra, un “vivir pasando pena” por todo y siempre.
Yo me he preguntado muchas veces porque unas generaciones que quieren ser independientes y libres, nos aferramos de esa manera a una burbuja que quiere conseguir limitar el cuidado, el aprendizaje, evitar que los niños exploren, quitarle de su alcance nuevas posibilidades, que no me refiero a peligros, que eso hay que quitarlo de su alcance, pero ¿es nuestra función la de ser padres y adultos colchón, o urna de cristal o papel de burbujas?
Yo opto por hacer un planteamiento en el que los padres y los adultos acompañemos a los pequeños en sus procesos, así les mostraremos, no solo les diremos, que estaremos a su lado incondicionalmente en las buenas y en las no tan buenas decisiones, que correremos en su ayuda si tropiezan, que buscaremos soluciones con ellos antes encrucijadas, que caminaremos con ellos, pero no les evitaremos el camino, porque eso es la vida.
Creo que de esta manera, creceremos en familia, porque acompañaremos procesos de crecimiento de niños que serán seguros, libres, sanos, sin buscar dependencias, niños optimistas y valientes que luchen por conseguir sus retos, y a la vez iremos a la raíz muy interior de unos adultos que puede ser que busquemos sin saberlo en ocasiones, sensaciones de sentirnos imprescindibles , de querer aferrarnos a lo que si podemos controlar en un mundo que se nos escapa.